lunes, 14 de diciembre de 2015

El concepto de Autoestima según Walter Riso

“Enamórate de ti”

En la más reciente conferencia virtual del reconocido psicólogo y escritor Dr. Walter Riso, organizada por Editorial Phrònesis, él nos invita a evaluarnos inteligente y objetivamente, con el fin de lograr un balance positivo de nuestra esencia. Afirma, además, que enamorarse de uno mismo es “una conducta casi de conservación de la especie; una especie que no se quiere a sí mismo se descuida” y hace énfasis especial en no llevar el amor propio al extremo del narcicismo, pues se trata en sí de amarte, pero sin excluir a los demás.
La autoestima es sin duda de los elementos más importantes que conforman al ser humano, quererse a uno mismo es una tarea a aplicar día a día. ¿Le llamamos “tarea”?, quizá podría sonar a esfuerzo y/o trabajo, por el contrario quererse a uno mismo no debería ser visto como un esfuerzo, sino más bien como un disfrute, de esta manera es mejor llamarlo “arte” y omitir la palabra “tarea”.
El mundo no para, el tiempo es mínimo y vivimos día tras día en ocupaciones y deberes poco relacionadas con el amor propio; el mundo de hoy, tan exigente en tiempo, no deja muchas horas libres para dedicarnos a nosotros mismos, pero ¿crees que es correcto no tener espacio para estar contigo mismo, para revisar mejoras y quererte a ti mismo?.
Disfrutad del "arte de vivir" y decidid llevar una vida sana, tranquila y en paz con vosotros mismos y las personas que os rodean. Porque si sabéis reconoceros a vosotros mismos, reconoceréis también a las personas que están a vuestro alrededor, y eso os dará aún más paz, equilibrio y aceptación. ¿Quizá la felicidad?

lunes, 14 de septiembre de 2015

QUE LA FUERZA DE LA MELANCOLIA SEA PODER DE CAMBIO



Melancolía, ese agujero negro que a veces nos absorbe, como la miel que nos envuelve con su dulce sabor. Sin saber si es pensamiento del sentir o sentimiento del pensar. Aquel momento que marcó esa canción, ese atardecer, ese olor o ese roce del viento que nos llevó a anclar una sensación que parece que siempre estará ahí, que no se irá, aunque en realidad no sea así o pueda no serlo. Una sensación que cuando aparece lo hace con una fuerza imparable que nos arrastra hacia esa zona que delibera definirse entre dolor y placer, que quiere acogernos con la dulzura de una espina que roza nuestra piel antes de clavarse. Clavarse de nuevo. Porque aún sintiendo esa dulce sensación antes de pasar por la puerta de esa emoción, ya sabemos lo que hay al otro lado. ¿Queremos traspasar esa puerta?, ¿queremos volver a sentir aquello?. Sintamos de nuevo lo que realmente hay al otro lado entes de cruzar la puerta. Y si la cruzamos que sea para entender y para resolver, no para revivir. 
Que la puerta de la melancolía que nos llama, nos lleve a la fortaleza de lo que nos enseñó aquello que vivimos. Y que digamos: Vivido, sentido y aprendido.

¿Siguiente lección?, la Vida.

F.J.B.

jueves, 25 de junio de 2015

Carta a una madre

Querida mamá.

Sé que todavía no sé escribir muy bien, pero quiero decirte a mi manera algo que siento aquí dentro, como una molestia en el estómago, casi como aquel día que me sentaron tan mal las verduras y me puse tan malita.

Todos los días me dices un montón de cosas que no tengo que hacer de cierta manera: "Ya te he dicho que así no se hace la cama", "no dejes ahí la mochila", "no agarres así el boli", "no te subas ahí que te caes"..., y un montón de cosas más. Y en el fondo sé que me las dices para enseñarme cómo se hacen, solo por mi bien, pero en realidad, lo único que oigo es que hago un montón de cosas mal. Solo oigo que no haga las cosas como las hago. 

Pero yo te pido mamá que, aunque no haga un montón de cosas bien, o de la manera que tú quieres que las haga, tengas en cuenta que soy una niña de 7 años y que las hago lo mejor que sé. A veces te oigo hablar cuando vienes enfadada del trabajo porque tu jefe te habla mal porque no has hecho algo como él quería, y dices que como lo haces tú está mejor hecho. Por favor mamá, no me hagas tu lo mismo, porque con todo esto que te cuento, después de estos 7 primeros años de mi vida, lo único que pienso es que no valgo nada y que todo lo hago mal. Además, de esta forma, cuando ahora tengo que proponer algo en el cole, o a mis amigos, tengo miedo de que también esté mal hecho, o de que lo que digo no valga para nada, o que no les guste.

Por favor mamá, a partir de ahora, mejor dime cómo debo de hacer las cosas en lugar de cómo no debo hacerlas. Y ya que sabes cuántos años tengo, lo que sé hacer y lo que no, y que casi todo lo que sé me lo has enseñado tú, reconoce lo que ya hago bien, aunque pueda mejorarlo, y dime cómo hacerlo mejor, pero con cariño. Porque necesito saber cada día y cada momento que me quieres. Que me quieres siempre, no solo cuando hago algo como a ti te gusta.

Aunque tú no lo sepas, yo quiero ser la mejor versión de mí misma, no la mejor versión de ti misma. 

Te quiero mucho mamá.

Tu hija Carla.

martes, 7 de abril de 2015

POR Y PARA LOS NIÑOS, POR Y PARA EL FUTURO

¿Os dais cuenta de que casi siempre nos fijamos en lo negativo de lo que hacen los niños? 

Si, por supuesto que es para corregirlo, para que lo hagan bien: ¡no lances así, lanza con el brazo más extendido!. ¡No hagas el trazo así, que te saldrá torcido!. ¡No te subas ahí que está muy alto y te vas a caer!
Con estos mensajes siempre les estamos diciendo que lo que hacen no está bien y que, el hecho de que no les salga “perfecto”, o como nosotros queremos, está mal. Y ellos lo hacen con todo su empeño y con toda su alma. Y en realidad, ¡SÍ lo están haciendo bien!, aunque sea mejorable, pero lo están haciendo bien, porque SON LA MEJOR VERSIÓN DE SÍ MISMOS, y eso ya está muy bien. Y además,  deben saberlo. De otra forma, lo que les hacemos saber y ellos aprenden, es que cada cosa que hacen no está bien porque se puede hacer mejor. Así su sensación será que no hacen nada bien casi nunca. Menuda frustración, menuda destrucción de ese YO interno que quiere crecer.
Debemos cambiar el MENSAJE para que sea GENERADOR, porque además de construir su aprendizaje, construimos su motivación, su autoestima, su autoconcepto... 
Pero esto no queda aquí, porque con los mensajes o focalización negativa les enseñamos a pensar, a expresarse, a ver las cosas y a exteriorizarlas de forma negativa, tal y como las han visto, oído y sentido toda su vida.


Y además, ¿por qué siempre estamos focalizando su atención sobre las tareas que realizan y no sobre lo que sienten haciéndolas? ¿No es cierto que a todos nos mueve lo que sentimos haciendo lo que hacemos?. No nos importa si cocinamos bien o mal cuando realmente nos gusta hacerlo. No nos importa si no somos grandes escaladores si disfrutamos subiendo una pared. Pero a ellos les decimos que hacen algo mal y que lo hagan mejor, no que disfruten de ello, que SIENTAN la satisfacción y la EMOCIÓN de hacerlo. Y eso es lo que les guiará por el camino correcto el resto de sus vidas, el sentimiento, la emoción. Quizá utilicen alguna vez las ecuaciones, o las raíces cuadradas, o analicen sintácticamente un texto, o hagan dibujo lineal, sí, quizá, pero lo que si harán seguro cada día y en cada situación el resto de sus vidas, es sentir, gestionar emociones, y guiarse por ellas. Porque todos sentimos cada día: satisfacción, vergüenza (corte), ira (cabreo), alergría, tristeza… Por lo tanto, el hecho de identificar qué sienten, cuándo, dónde y para qué, cobra una importancia extrema en el desarrollo de todas y cada una de las facetas de su vida. 


Focaliza tu atención y su atención sobre lo positivo de las tareas que realiza, y después, si quieres, dile que se puede hacer de otra forma, y que pruebe, pero no le compares con otro, ni con él mismo, que pruebe y que disfrute con sus aciertos y sus “fallos”. Porque recuerda que no son fallos, es la mejor versión de sí mismo hoy, y la peor de lo que será mañana.

¡Buen lanzamiento!, ¡Venga, ahora con el brazo más extendido!. ¡Buen dibujo, ahora haz así el trazo a ver si te gusta más!. ¡Sube y diviértete, y agárrate fuerte para estar seguro!. 
Proporciónale herramientas.


Y que sienta, y que identifique qué siente y para qué le sirve ese sentimiento. Siempre está aprendiendo de los demás, está en su naturaleza aprender por observación e imitación, así que invítale a explorar dentro de sí, para que se conozca y para que aprenda de sí mismo, porque dentro de sí, están sus sentimientos y sus emociones.
Sentimientos de éxito o de fracaso, de malestar o de bienestar, de infelicidad o de felicidad

miércoles, 25 de febrero de 2015

CONSTRUYENDO LA AUTOESTIMA


    La palabra “autoestima” proviene del vocablo de origen griego “auto” (autos: por sí mismo) y “estima” del latín aestimare, referido originalmente a un valor monetario y cuyo significado actual, entre otros, es valorar. 

    Cuando nos referimos a la autoestima, debemos partir de una base real sobre su concepción, y conocer que éste es un término subjetivo con muchos grados en su medida. La medida de ésta gira alrededor de la percepción de una persona sobre sí mismo, no siendo en muchas ocasiones coincidente con la realidad. En esta percepción está implicado el grado de reconocimiento del Yo positivo (o negativo), la experiencia a lo largo de nuestra vida y, sobre todo, la relación que hayamos tenido con los demás desde muy temprana edad, ya que son los que nos han educado los encargados de "construir" esa autoestima de base que nos ayudará a conocernos y reconocernos a nosotros mismos para el resto de nuestra vida. 

    Este reconocimiento está basado en el pensamiento positivo sobre nosotros mismos (pensamiento positivo intrapersonal), el cual provoca que nos centremos en las partes más positivas de nosotros mismos y las reforcemos, para así construir una imagen realista y aceptada de nuestro auténtico Yo.



   En general, invertir energía en perseguir objetivos alcanzables es una estrategia más eficaz que trabajar para evadir desenlaces negativos. Por ejemplo, la persona que para evitar ser rechazada por los demás se empeña en aislarse y huir de las actividades sociales, paga un alto precio por meterse en su trinchera y, a la larga, empeora su situación. Sin embargo, si esta persona logra enfrentarse a las dificultades que le supone relacionarse con otros, dando por hecho que es la mejor estrategia, verá recompensada su acción positiva.

   Debemos reconocer lo que somos, ya que todos tenemos cualidades que podemos utilizar, virtudes que aprovechar y destrezas que disfrutar o, ¡mejor aún!, disfrutemos de las tres. 

     Después de muchos años, sea cual sea nuestra autoestima construida, de la que partimos en este momento, y ya dentro de nuestra madurez, detengámonos por un momento y reconozcamos lo que somos en cuanto a los tres ámbitos nombrados. Sin reproches, sin culpas, partiendo de nuestro Yo actual y sin mirar atrás, ya que las personas que estuvieron cerca de nosotros y contribuyeron a construir esa autoestima, lo hicieron lo mejor que podían o que sabían, en función de su situación, educación, formación y otros factores.

    Pero vamos a hacerlo bien, no vamos a trabajar solo una parte de nosotros mismos, me refiero a nuestro Yo interior, sino que vamos a incidir también en cómo nos dirigimos a los demás, es decir, lo que sale de nuestro interior, ya que lo que externalizamos y expresamos es parte de nosotros, de nuestros pensamientos y sentimientos, así que vamos a mejorar nuestra autoestima desde la "raiz".

   El hecho de acostumbrarnos a centrarnos en las partes más positivas de nosotros mismos y, además, hacerlo de los demás, nos ayudará a trabajar más eficientemente nuestra autoestima, ya que todos los mensajes que salen de nosotros y que dirigimos a los demás, los haremos en el mismo registro (positivo o negativo) que utilizamos con nosotros mismos. No olvidemos que en los dos casos utilizamos las palabras para hacerlo, y la carga simbólica y emocional que llevan éstas, y que está aprendida y fijada en nuestra mente, es tan fuerte que el efecto de esas palabras cambiarán nuestra propia forma de sentir y de pensar. (Consultar Sinaptogénesis). 

    Los pensamientos pasan con mucha rapidez por nuestra mente, por lo cual es sumamente difícil darles forma. Nuestra boca, por su parte, es más lenta. De modo que si empezamos a dirigir nuestra forma de hablar, escuchando lo que decimos y no dejando que salgan de nuestra boca palabras negativas, podremos ir dando otra forma a nuestros pensamientos.

   Cada vez que pronunciamos una palabra, aunque vaya dirigida a otra persona, ésta resuena en nosotros tanto como en la persona que la escucha, transmitiendo con ella una serie de matices que la envuelven y que inevitablemente llegan al receptor. Pero esa palabra, ya sea positiva o negativa, antes de ser pronunciada y salir de nuestra boca, ha sido reconocida por nuestro cerebro e identificada con la concepción que tenemos de ella y con los matices de los que va cargada y que tenemos arraigados en nuestro Yo más profundo, lo cual quiere decir que forma parte de nosotros antes que de la persona a la que va dirigida.

“No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras”. Juan Luis Vives. 

    Para hacernos una idea, presento a continuación el "plasma emocional" de la palabra “inteligente”, donde se pueden ver los matices que la componen y que se transportan con ella, insertándose allá donde vaya, a causa de la asociación que cada persona tiene de esos matices en su mente:



- Emoción: la que produjo en nosotros en alguna o en varias ocasiones, y que ya está asociada a esa palabra.

- Imagen: Que un día asociamos con esa palabra a través de un ejemplo visto u oído.

- Acción: Realizada con anterioridad, imaginada o vista a otra persona que consideramos inteligente.

- Significado: Que define esa palabra, y que hemos aprendido.

- Experiencia: Hecho realizado por nosotros mismos, el cual consideramos un acto para el que se necesita ser inteligente o, al menos, utilizar cierto grado de inteligencia.

¿Os dais cuenta de lo que podemos imaginar, creer o sentir con cada palabra?

¿Y de la fuerza que ésta puede tener en nosotros mismos y en los demás?

    Nunca es tarde para construir una autoestima positiva y sana. La autoestima interviene en casi todo lo que hacemos. Las personas con una autoestima alta rinden más en los estudios y les resulta más fácil hacer amigos. Tienden a tener mejores relaciones con los demás, son más felices y se enfrentan mejor a los errores, decepciones y fracasos, focalizando siempre su atención en la parte más positiva de sí mismos y de las situaciones que se presentan, y es más probable que perseveren en algo hasta que lo consigan. En algunos casos no será fácil, pero siempre es posible y es una habilidad que tendrás de por vida. 


TE PROPONGO 15 PAUTAS EFICACES PARA POTENCIAR LA AUTOESTIMA


CON UNO MISMO
CON LOS DEMÁS
1
Reconoce cada día tus virtudes, una por una, y escríbelas en un papel que tengas visible y que puedas recordar con facilidad en cualquier momento, ya que si no estás acostumbrado a hacerlo, a veces se te olvidarán.
Haz lo mismo con las virtudes de los demás. Esto es un gran ejercicio de humildad y también te servirá para valorarte a ti mismo por tus propias virtudes, que nunca tienen por qué ser las mismas que las que tienen las personas que te rodean.
2
Usa afirmaciones referidas a lo que sabes hacer y a lo que haces. Si esto es mejorable, haz algo por mejorarlo y, aunque solo lo consigas un poquito, siéntete orgulloso/a de ese pequeño logro. ¿
Seguro que tienes amigos o conocidos (tengas la relación que tengas con ellos), que saben hacer cosas estupendamente (pasteles, patinar, gimnasia,…), así que reconoce que saben hacerlo bien, independientemente si te caen bien o mal. Eso construirá mucho en ti.
3
Reconoce tus logros, valóralos incluso si son pequeños. Está muy bien que éstos sean reconocidos por los demás, pero primero tienes que reconocerlos tú y decirte a ti mismo lo bien que lo has hecho.
Al igual que a veces te gustaría que los demás reconocieran tus logros, hazlo tu con los demás, independientemente de si lo hacen o no. No esperes nada. Esto es algo por y para ti.
4
Céntrate en cómo mejorar tu vida sin tomar como baremo la de otros, porque es tu vida, única e incomparable.

5
Plantéate metas realistas y sé el primer convencido de que mereces alcanzarlas.
Si tienes oportunidad, ayuda a alguien a plantearse una pequeña meta. Sin exigencias, sin consejos, solo ayúdale a algo que quiere hacer pero que le cuesta decidirse.
6
Identifica tus miedos y hazles frente. Imagínate venciéndolos uno por uno. Ej: ¿Miedo escénico?. Imagínate una y otra vez hablando frente al público de manera tranquila hasta que lo estés dentro de tu mente. Después lo harás más fácil en la realidad.

7
Si alguna vez te invade la envidia, piensa que eso de verdad está solo dentro de tu mente. No debes tener envidia por algo que alguien ha conseguido, recuerda más bien valorarlo, ya que en el futuro podría ser al contrario y a ti te gustaría que así fuera.
Cuando surja esta envidia aprovecha para forzarte en reconocer las virtudes y logros de los demás. Independientemente de que esa persona sea de una u otra forma, aunque sea el mismísimo diablo, hemos de reconocer algo que ha hecho por si mismo/a.
8
Acepta los cumplidos que te hagan. Da las gracias por ese reconocimiento y por tener esa cualidad que están halagando.



9
Reflexiona, medita… Invierte solo unos minutos al día en ello, pero que sea sobre lo que has conseguido, sobre tus próximos objetivos y sobre tus cualidades.
Dedica unos pocos minutos a hacerlo sobre alguien que quieras y sobre alguien a quien no quieras (y eso no significa odiar, nunca odies).
10
Diviértete. Además de pasarlo bien, reforzarás tu sistema inmunitario.

11
Canaliza las emociones negativas de algún modo. No te las guardes dentro. Amigos, deporte, montaña,… Grita tus emociones cuando sea necesario.

12
Rodéate de gente positiva y aléjate de aquéllos que te ponen el pie encima.
Relaciónate con los demás y trátalos del mismo modo que a ti te gustaría que te tratasen.
13
Perdónate, aprende de tus errores. Todos nos equivocamos. Lo hecho, hecho está y aunque te gustaría borrarlo, ya no es posible, lo que si es posible es no volver a hacerlo.

14
Si alguien te ataca, responde con asertividad. No dejes que cualquiera pueda dañarte. Ten siempre presente que eso lo hacen por su malestar interior. Menospreciando a los demás alimentan su triste existencia, así que mejor apiádate de ellos.
Una vez más, trata bien a los demás, nunca como ves que algunas personas tratan a otras de forma despectiva.
15
Haz una lista de todas las personas a las que alguna vez has ayudado de alguna forma.
Haz lo mismo con la gente a la que admiras: la gente que te ha ayudado en tu vida o que han ayudado a otras personas.

    Sigue estas pautas o algunas de ellas durante un tiempo, y verás como el sentimiento hacia ti mismo/a, tu energía y tus valores impulsan tu vida hacia un camino que aún no conocías, o que solo intuías, pero que será el tuyo y el que realmente te llenará. Te sentirás más feliz contigo mismo y con los demás.

“Las cadenas de los hábitos son generalmente demasiado débiles para sentirlas, hasta que son demasiado fuertes para romperlas”. Samuel Jhonson.