martes, 3 de febrero de 2015

LAS PALABRAS DE LA VIDA



LAS PALABRAS DE LA VIDA…

… del placer y del dolor, del odio y del amor, del sentir…, del sentir y del hacer sentir, del sentir bien… o mal, feliz o infeliz, capaz o incapaz.

En nuestro interior, en nuestro Yo más profundo, en nuestro pensamiento, ese con el que nos hablamos y con el que hablamos; que nos decimos y les decimos; que nos queremos y les queremos; que nos destruye o nos construye; con el que construimos o destruimos.

Ese pensamiento convertido en sentimiento, que nos domina pero que controlamos, como el correr. Sabemos correr como pensar, pero a veces corremos mal, despacio, torpes y dañándonos al trotar. Y nos proponemos entrenar, un día, otro día, y mejoramos… Asimilamos y automatizamos, y ya corremos mejor, sin tener que pensar, solo corremos, y bien, y ya corremos rápido, y apenas nos cansamos, con una zancada amplia, firme y segura. ¿Y nuestro pensamiento? ¿Es estático, fijo, torpe o inadecuado para llevar a cabo nuestro fin?

Tal y como hicimos desde pequeños, para bien o para mal, aunque sin saberlo entonces, aprendemos a pensar, a ser positivos o negativos, optimistas o pesimistas, constructivos o destructivos,…

A veces corremos mal con nuestro pensamiento, pero… ¿y si comenzamos a correr mejor con él, a correr por una pista de optimismo, positiva, en la que cada zancada sea firme y construya nuestro siguiente paso?

Y que cada firme paso deje atrás aquel pensamiento negativo del comienzo, y que a veces nos persigue…, que a veces nos alcanza, nos toca y nos agarra, porque al principio estamos escapando, en lugar de recorrer el nuevo camino. Y cansados de correr, paramos, nos dejamos atrapar; pero solo al principio, porque después, con el tiempo, nuestra carrera es más fuerte y más rápida, más segura, y él no nos alcanza. Y más allá todavía, cuando el tiempo ya es nuestro aliado y el camino el nuevo destino, ya no hace falta mirar atrás, porque solo hay un camino, un camino trabajado, forjado y recorrido por un nuevo Yo, el Yo que has construido y que ni recuerda ni quiere recordar al antiguo Yo. Y lo has hecho tú, reaprendiendo a aprender, a pensar, a plantear, a elegir; porque es una elección, elección entre tus virtudes y defectos, entre pensar positivo o negativo de ti mismo, pero también de algo, y también de alguien… Porque podemos correr con un testigo en la mano lleno de energía y de palabras positivas y, además, pasarlo a nuestro compañero, a nuestro amigo, a nuestro hermano o nuestro hijo…, para que corra libre y fuerte, seguro y hacia delante.

No llevemos un testigo envenenado de gestos y palabras que dañan porque les haremos caer en el camino… y caeremos con ellos… Y ni nosotros queremos ni ellos quieren caer, si no que quieren seguir, quieren correr y sentir que estamos ahí, que estamos con ellos y que creemos en ellos. Con los actos, con las miradas, con los gestos, con la intención… que se hacen palabras…,

LAS PALABRAS… DE LA VIDA.






1 comentario:

  1. Curiosamente hace unos dias vi un documental que realmente demuestra que la educación influye en la positividad o no de una persona. En él se sometia a varios bebés a un experimento junto con sus madres....y es increible lo positivos que somos de una forma innata,desde el momento que nacemos y el bebé responde a los estimulos.El experimento en concreto consistía en poner al bebé frente a su madre y una vez existe contacto visual entre ellos ,la madre tiene que hacerle "cucamonas" a su hijo,el niño evidentemente responde con sonrisas,emoción e incluso con sonidos goturales ,como si quisiera hablar con su madre.Esto se repite durante varios minutos e inmediatamente la madre deja de forma radical de mirar a su hijo agachando la cabeza y sin hacerle caso... y es aquí donde viene lo asombroso, incluso con el compotamiento de la madre, el niño sigue intentando desesperadamente llamar su atención,al principio parece como desubicado,no entiende nada de lo que está pasando,pero el niño insiste e insiste en llamar la atención de su madre,con todo su cuerpo ;alarga sus brazos para poder tocarla,sigue haciendo sonidos para llamarla,hay una expresión en sus ojos única de "mamá estoy aquí, hazme caso".Finalmente la madre para no hacer sufrir mas al bebé (porque realmente el niño entra en un estado de agitación)vuelve a mirar a su hijo y hacerle carantoñas. Bien, el ejemplo quizá no sea el mas adecuado, pero creo que demuestra que las personas una vez más somos lo que vemos y oimos en casa,lo que "mamamos" en casa con las personas que nos rodean. Nuevamente Javi una reflexión de lo más interesante.Un abrazo.

    ResponderEliminar